quarta-feira, 4 de maio de 2011

Internet, democracia y leyes

Sin duda alguna, Internet es el medio difusor de conocimientos más rápido y de mayor alcance a nivel global. Ha cambiado nuestra manera de pensar y hasta de comunicarnos. La noticia, cuya gran pretensión siempre ha sido la de ser inmediata, actual y de alcanzar al mayor número posible de usuarios, tiene en la Red su gran colaboradora.

Hemos dejado de ser espectadores pasivos y logramos en pocas décadas el status de ciudadanos actuantes, parte de la Historia, críticos de nuestro tiempo.

Sin embargo, siempre hay los que intentan boicotear la evolución, la libertad de expresión y, sobre todo, la difusión democrática de conocimientos - esa arma tan poderosa, manejada por algunos para obtener beneficios y, de paso, domesticar los pensamientos y comportamientos de las masas -.

Mientras los ciudadanos exigimos que Internet siga siendo de todos, algunos políticos y empresarios se frotan las manos creando leyes e intentando generar peajes virtuales que impidan el acceso libre a la información, cualquier que sea su formato. La impopularidad de la ley Sinde y el desvergonzado intento de Telefónica de bloquear el acceso a Google nos dan una idea de que al poder le sigue interesando la sordera y la ceguera colectiva, la inexistencia de voces que exijan información al alcance de todos. La censura no es el recuerdo de una dictadura lejana, sino que sigue viva en lo que ingenuamente creemos ser una sociedad democrática.

Pero, pese a todo eso, todavía quedan iniciativas para que la información sea generada por los ciudadanos y su utilización esté al alcance de cualquiera. Un buen ejemplo es la iniciativa que ha tenido una pequeña empresa española, MapGènia, y que en los últimos meses ha estado en boca de todos y en todas partes del mundo.



MapGènia, una empresa de ingeniería de softwares, decidió crear una herramienta en que el usuario es a la vez fuente de información y beneficiario de esos conocimientos, y todo al alcance de cualquiera y sin costes añadidos.

La herramienta se llama Targetmap, nació en noviembre de 2010 y, con ella, es posible crear mapas de cualquier temática y desde cualquier parte del mundo. Su única condición: que los mapas sean compartidos por todos los usuarios en la Red.

Recientemente la Web ha saltado a la fama con un mapa de Japón, que destaca el nivel de radiación de las zonas afectadas por el accidente en la central nuclear de Fukushima. El mapa ha sido la base informativa de la prensa en prácticamente todo el mundo y la Web ha alcanzado la impresionante cifra de ocho millones de visitas en tan sólo tres semanas.



Pero la fama no se ha detenido en ese triste episodio. En seguida, otros muchos mapas de Targetmap han llenado minutos en varios programas de televisión, páginas y páginas en la prensa o han sido objeto de discusión en blogs, foros y microblogs en todos los idiomas del Planeta.



Todo apunta a que Targetmap sea, dentro de muy poco, un referente en mapas, al igual que Google es el buscador utilizado por 89,94% de los usuarios en el mundo, o Youtube es la herramienta de videos preferida por la gran mayoría de internautas en el Planeta. Pero lo más importante: no son pocas -ni se acabarán- las iniciativas para que la Red siga siendo democrática y libre para todos los usuarios.